(Intersecting Lines, 1923 - Wassily Kandinsky)
Fragment extret de Camps, A. & Fontich, X. (2019). Innovación en la enseñanza de la lengua. In S. Fabregat y E. del P. Jiménez-Pérez (eds.), Innovación docente: Investigaciones y propuestas. (pp.129-41). Barcelona: Graó.
La innovación docente no es una técnica, tampoco puede considerarse una moda, que, como tal, podría ser pasajera. La innovación en todos los campos de la vida humana es una actitud, es la capacidad de ajustar las acciones humanas a las situaciones cambiantes que se presentan a fin de que cumplan los objetivos que se proponen. Esta actitud implica indagar en nuevos caminos quizás no explorados anteriormente o en readaptar a nuevos contextos formas de actuar que no resultan adecuadas.
Por lo tanto, la innovación no es nueva. Si repasamos la historia de la educación encontramos numerosos ejemplos de cambios en las formas de enseñar, algunos de los cuales han tenido gran repercusión en la educación. Pensemos por ejemplo en Jan A. Comenius. Con el fin de que la educación no fuera sólo un privilegio de los ricos que podían disfrutar de un preceptor particular, o de los monjes que se educaban en los monasterios, propuso que un maestro pudiera dirigirse a un grupo de alumnos para así aprovechar sus enseñanzas y, además, propuso que las niñas pudieran también asistir a las escuelas (Comenius, 2012). Esta forma de enseñar ha llegado hasta nuestros días.
Célestin Freinet, un hombre de izquierdas, inquieto, conocedor de las aportaciones de Ferrière, Decroly, Cousinet, Claperède, Dottrens, Wallon, entre otros, revolucionó la enseñanza de la lectura y de la escritura a partir de su experiencia en una pequeña escuela rural del sur de Francia. El texto libre, la imprenta escolar, el diario y la revista escolares, la correspondencia interescolar, fueron técnicas que no sólo eran eso, sino que respondían a una concepción del discente como persona activa que aprende participando en actividades colectivas significativas (González-Monteagudo, 2018).
Si estamos atentos a las prácticas que numerosos profesores llevan a cabo en sus aulas y que, en muchas ocasiones, han explicado en revistas al alcance de todos los docentes, podemos constatar que la actitud innovadora es muy general en nuestros días. El punto de partida es siempre una inquietud, una mirada crítica y reflexiva a la propia actividad que lleva a buscar salidas alternativas. Quizás el mayor problema de muchas de estas experiencias es que son individuales y que lo importante sería poder compartir los análisis y la búsqueda de soluciones. Sin embargo, Internet ha significado un verdadero cambio respecto a este problema; a pesar de que la explosión de propuestas e ideas que circulan por la red adolece a veces de filtros adecuados para identificar y organizar el contenido de calidad, existen verdaderos maestros de maestros que ayudan a diseminar una actitud reflexiva e innovadora (ver por ejemplo los blogs “Darle a la lengua” de Felipe Zayas, “A pie de aula” de Lourdes Domènech, y “Pupitrelàndia” de Jordi Domènech).
La complejidad del mundo actual requiere que los docentes puedan poner en común sus conocimientos y sus experiencias, porque no está al alcance de nadie llegar a conocer todo el saber acumulado implicado en la enseñanza y porque el trabajo en colaboración permite diversificar y enriquecer la mirada.
A la vez, debemos abordar con prudencia las nuevas ideas y las posibilidades de abren de modificar la práctica educativa. En su estudio histórico sobre la enseñanza de la lectura, Anne-Marie Chartier nos alerta sobre la búsqueda de la verdadera y definitiva solución a las necesidades educativas (Chartier, 2004). Pareciera que cada innovación quedara investida de una dimensión teleológica, destinada a superar las tensiones y las contradicciones del sistema, en una especie de camino de perfección y mejora permanente. La autora se remite a las esperanzas depositadas en la escuela (p.ej., cristianizar definitivamente la sociedad, proteger la democracia de las dictaduras, erradicar el analfabetismo para siempre, etc.) que pueden causar sorpresa en las generaciones siguientes. Chartier nos recuerda que las tensiones forman parte de los sistemas complejos (como la escuela) y que las innovaciones educativas no pueden aspirar a superarlas sino a encontrar espacios de reflexión entendiendo la escuela como un organismo en permanente proceso de interacción, reestructuración y aprendizaje.
Chartier, A.-M. 2004. Enseñar a leer y escribir: Una aproximación histórica. México, FCE.
Comenius, J.A. 2012. Didáctica Magna, Madrid, Ediciones AKAL.
González-Monteagudo, J. 2018. La vida y la obra de Célestin Freinet, Editorial en línea Escuela Viva.
Comenius, J.A. 2012. Didáctica Magna, Madrid, Ediciones AKAL.
González-Monteagudo, J. 2018. La vida y la obra de Célestin Freinet, Editorial en línea Escuela Viva.
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